- 4 ossobucos (morcillo con hueso, mejor trasero) de ternera de al menos 2-3 cms.,
- 50 gr. mantequilla
- 30 gr. harina
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 2-3 ramas de apio (tiene sal natural, así que viene bien)
- 3 dientes de ajo
- cáscara de un limón
- una cucharada de mejorana picada
- pimienta
- 150 cc. vino blanco seco
- 2 tomates maduros
- 150 cc. caldo de carne casero y sin sal
- orégano
- guindilla (opcional)
PREPARACIÓN:
Si quieres, empiezas por poner la carne a macerar con pimienta, ajo (en polvo), orégano, zumo de media limón y un chorrito de vino tinto, durante unas horas.
Después de hacer unos cuantos cortes en la fascia tendinosa que rodea la carne del morcillo (para que se queden planos) enharinas levemente los ossobucos.
Cuando la verdura empiece a dorarse, añades el vino blanco y dejas que reduzca unos minutos, para que evapore el alcohol. Por último añades los tomates picados y el caldo.
Con la olla tapada lo dejas unas dos hora y media o tres hasta que la carne esté tierna, poniendo algo más de caldo si ves que se consume demasiado. Cuida que el guiso no se quede seco.
Ya casi al final de la cocción añades el otro diente de ajo picado, dejando que cueza unos minutos para que desprendan los aromas.
Decoras los platos con "gremolata", una salsa típica italiano hecha con ajo, perejil, ralladura de limón, hierbas aromáticas y guindilla si quieres (todo machado).
Sirves el ossobuco con un risotto ligero o arroz hervido, aunque no le quedan mal unas patatas asadas, cocidas o salteadas.
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